sábado, 11 de octubre de 2014

VII Anboto Kilometro Bertikala

VII Anboto Kilometro Bertikala (kronika) - VII Amboto Kilómetro Vertical (crónica)
Arrazola (Atxondo) (11/10/2014)

Ha pasado más de un mes desde la carrera Ponle Freno de Vitoria, donde las sensaciones no fueron todo lo buenas que hubiese querido, pero este tiempo ha sido de entrenamiento duro y espero recoger los frutos... ja ja ja :-P (creo que esta no es la mejor carrera para ver si estoy haciendo progresos, pero no adelantemos detalles jeje).

En principio esta carrera no estaba en mi agenda, esperaba reaparecer la semana que viene con la Jarindo-Albertia, pero me dejé convencer por +Andoni Garcia, que tenía unas ganas bárbaras de hacer un kilómetro vertical y que tras casi apuntarse al de Apuko, este no lo podía dejar pasar.

Kilómetro vertical, ¿qué es eso? Pues básicamente es una carrera de distancia corta, de menos de 5 kilómetros, y con un desnivel positivo de alrededor de los 1.000 metros, es decir, subir sin parar un kilómetro.
En este caso concreto la carrera es de 3'8 kilómetros y se asciende un total de 1.092 metros, ¡más de un kilómetro! El perfil no hace falta que lo ponga, pensad en un cartabón y ahí lo tenéis. Además, lo que se sube es el Anboto, un monte que no me trae muy gratos recuerdos de la Hiru Haundiak, la única vez que lo he casi subido (no se llegaba hasta la cima). No está mal para la primera carrera de este tipo... Otra cosa que me ha sorprendido, ya que es la primera vez que me lo encuentro, es que la carrera se corre en modalidad de contrarreloj, saliendo de 20 en 20 segundos. No se si es lo habitual en este tipo de pruebas, pero teniendo en cuenta como es el camino hasta la cima de este monte, senderos y mucho escalón, parece lo más lógico para evitar atascos.

Tras esta breve presentación de la carrera, vamos allá con mi experiencia. Pese a que Andoni y yo anunciamos nuestra participación en esta carrera, de solo 3,8 kilómetros, alguna semana antes, ningún otro de nuestros amigos se animó a apuntarse. Se olían que había trampa, y con razón jaja Así que nos quedamos solo los dos.
Poco antes de las 12 estoy recogiendo a Andoni para salir de Gasteiz dirección Arrazola, un pequeño pueblo de Bizkaia perteneciente al municipio de Atxondo, que se encuentra en las faldas del Anboto, a 3,8 kilómetros de la cima para ser exactos.
En algo menos de una hora ya estamos allí. El día estaba gris cuando hemos salido de Vitoria, y gris está en Arrazola, no se si vamos a tener mucha suerte con el tiempo... A la entrada del pueblo hay un par de organizadores dando indicaciones para llegar hasta una campa que han acondicionado a modo de aparcamiento al lado de la salida, ¡que lujo! La campa ya se ve que está húmeda y con barro asomando, así que no me quiero ni imaginar los caminos de la prueba. Además estos últimos días ha debido llover, así que el barro está asegurado, la que nos espera... Para confirmar que va a ser una subida un tanto húmeda, desde hace unos kilómetros podemos ver la cima del Anboto en todo momento y podemos ver que las nubes no paran de rondarla. Al menos no llueve.

Del aparcamiento vamos a por los dorsales. Se recogen en un mini frontón que hay al lado de la salida y al que se llega por unas escaleras desde el parquing. Ahí también se recogen, para los que no tengan el suyo propio, los chips de cronometraje. Son los típicos de kirolprobak, y en esta prueba vienen con una pulserita para llevarlos en la muñeca. Yo tengo el chip amarillo, pero no tengo pulserita y me dan una, gracias :-) Con el dorsal y chip también dan una camiseta técnica de recuerdo.
De ahí nos vamos al bar, que está también ahí al lado, a tomar algo. Esta chulo el pueblo, pequeño y muy recogidito. Es la una y aún queda una hora para que salgan los primeros, aún más para que salgamos nosotros. Yo salgo a las tres menos cuarto y Andoni casi a las tres.

La cima del Anboto desde la salida, con txapela
Tras tomar un par de mostos y comentar que parece que hay buen nivel en la prueba, o al menos mucha juventud, nos vamos al coche a ponernos los trajes de faena, y ya preparados volvemos a la plaza desde la que se da la salida. Aún queda un rato para la salida que aprovechamos para comer y beber algo. Hay bastante animación, esta el escenario donde se entregan los trofeos con un speaker que no para y hay varios puestos plan mercadillo y un bar que han montado pegado a la iglesia para la ocasión.

A las dos en punto empiezan a dar la salida a los primeros. Parece que la salida es en orden inverso a los números de dorsal. Andoni y yo hacemos tiempo animando a los corredores. Me sorprende a la velocidad que salen muchos de ellos, teniendo en cuenta que ya desde la salida se va hacia arriba... Como anécdota, hay a uno de ellos al que se le pone un perro delante justo antes de salir. Ya estaba toda la gente quejándose del dueño hasta que salió el corredor y... el perro detrás con él. El corredor era el dueño y el perrico se iba a hacer la etapa con él :-O
Con la espera empiezan los nervios, acrecentados cuando sobre las dos y media se pone a llover, madre mía la que nos espera... Unos pocos estiramientos, cero calentamiento y al lío. Me pongo en la cola donde se van poniendo los corredores a los que les falta poco para que les den la salida. Mi objetivo para la prueba antes de ver como estaba el tiempo era hacer sobre una hora, ahora sin embargo, con la que está cayendo, es sin más acabar. Bueno, mi objetivo es estar en casa duchadito y bien a gusto lo antes posible, estoy en uno de esos momentos en los que piensas, ¿qué hago aquí??

Y llegó mi hora. Cuando ya apenas quedan unos segundos para que me toque salir un organizador me agarra la muñeca para mantener el chip sobre la alfombrilla que toma los tiempos y me empieza a hacer la cuenta atrás: bost, lau, hiru, bi, bat, zero! Allá voy, a mi ritmo. Andoni decía que estos primeros metros, que son por asfalto, son para ir a toda leche para bajar la media y adelantar gente. Lo de adelantar como que no tengo muchas esperanzas de adelantar a nadie, sobre todo después de ver a los que esperaban conmigo en la cola, gente jovenzuela y que se les veía deportista, pero intento mantener un ritmo medianamente rápido. El asfalto dura 800 metros, y ni adelanto ni me adelanta nadie, la lluvia y algo de público como únicos acompañantes, voy a unos 6 minutos el kilómetro, no está mal.

Tras los 800 metros de asfalto pasamos a los caminos de tierra, o más bien de barro... Esta carrera es siempre cuesta arriba, pero bueno, por ahora el desnivel no es exagerado y, aunque hay barro, se puede ir bastante bien. Yo voy a trote cochinero entrelazado con caminata y aquí ya me da caza algún que otro corredor, ¡no hay que desmoralizarse!

Por aquí aún vamos limpios
(foto Mendialdiak)
Hasta el kilómetro 2, más o menos, mis manos estaban limpias, ahora empiezan a torcerse las cosas. Aquí ya se empieza a complicar lo de mantener el equilibrio. El ir por la senda principal se hace complicado y hay que buscar caminos paralelos con más hierba y sin pisar que permitan hacer agarre para no acabar con las manos en el suelo. Ya soltando algún que otro juramento llego al avituallamiento, desde donde se puede ver la pedazo de peña que es la parte superior del Anboto y que aún me queda por subir. Se supone que me queda la parte más dura de la carrera, se me saltan las lágrimas, y no de alegría... al menos ya no llueve.

Del avituallamiento a la cima quedan menos de dos kilómetros y casi 700 metros de desnivel positivo. Tomo un vaso de agua y ale, manos a la obra, nunca mejor dicho. Esta última parte la voy a dividir en dos tramos: el tramo de la hierba con chocolate y el tramo de las piedras con más chocolate.
El tramo de la hierba con chocolate se puede resumir en senderos de barro totalmente impracticables, al menos para mi, ya que algunos de los (muchos) corredores que me pasan van por ellos..., rodeados por hierba. Aquí la gente intenta abrir nuevas vías a través de la hierba donde conseguir más agarre. Yo lo que intento es avanzar, en muchos momentos a cuatro patas y teniéndome que agarrar a la hierba, porque aquí el desnivel ya es importante y cabe la posibilidad de hacer el tobogán y acabar de nuevo en el avituallamiento sin pasar por la casilla de salida. Yo ya no se si llevo zapatillas de trail o de patinaje. Tengo que echar la culpa un poco de esta situación a mis zapatillas, unas Fuji Trabuco con ya dos años y unos cuantos kilómetros en sus suelas, y que como yo, no estaban preparadas para tanto barro aunque, ¿qué zapatillas estaban preparadas para esto? También había bastantes corredores con bastones, que en este terreno algo ya ayudarían.
El tramo de hierba va dando paso poco a poco al tramo de piedras. Las piedras se puede pensar que pueden ayudar dando algún punto de apoyo pero, con el recubrimiento de barro que tienen la mayoría, hay que pensárselo muy mucho para apoyar o no el pie en ellas. Voy a acabar con callos en las manos de tanto ir a cuatro patas. Aquí ya me he cagado en todo lo cagable. Agarrar piedra, subir, dar cuatro pasos, mano a tierra, agarrar hierba, subir, y así todo el rato, con unas ortigas para amenizar el cóctel. Siguen pasándome corredores, y aunque con problemas, no parece que tengan tantos como yo. Estoy totalmente saturado y seguro eso influye, ya solo quiero llegar a la cima y largarme de este infierno chocolateado que me he buscado.

Comentar que en todo momento, y pese al mal tiempo que hace y lo mal que está el terreno, hay gente animando cada pocos metros. Mi admiración para esta gente (suena un poco cursi, pero es así), no se si yo sería capaz de hacer lo mismo (para que nos vamos a engañar, no lo sería), y la verdad es que se agradecen esos ánimos. En el último kilómetro además los cruces con gente que está bajando son constantes. En teoría la bajada se debía hacer por la ruta de Zabalandi, pero no debe estar muy transitable y se ha optado por que los corredores bajen por el mismo sitio por el que han subido. Estos corredores también animan y ayudan a elegir ruta entre el barro, la hierba y las piedras, !gracias! Por cierto que por aquí veo bajando al tío con el perro, zarpas todoterreno. Durante el último kilómetro se me hace habitual oír el típico "en diez minutos estas en la cima" o el "ya solo te quedan 200 metros". Yo con el reloj ya no se que creerme, ya que el track me está saliendo más largo de los 3,8 kilómetros oficiales, y de tiempo no tengo que mirarlo para saber que voy a pasar de la hora por un cacho. Como además hay niebla y la cima no se ve, y lo de mentir para dar ánimos está a la orden del día, pues no me creo nada :-D

Andonis en la niebla (foto Mendialdiak)
La última parte es prácticamente todo roca y esto ayuda algo, ya que de tanta piedra apenas hay barro, aunque hay que seguir usando las manos para trepar. Por esta zona ya llevaba unas cuantas miradas para atrás para ver si venía Andoni, ya que llevo más de una hora y Andoni tenía idea (antes de ver el barro) de acercarse a los 50 minutos. Como había salido menos de un cuarto de horas después, en teoría ya tenía que estar al caer. En una de estas miraditas ahí le veo subiendo: "Aupa Andoni, ¿como tu por aquí?". Me pregunta si ya estoy bajando... jaja ya me gustaría :_( Le dejo pasar, como he hecho con otros tantos (eh, no se quejarán los que me han pasado, yo soy como los doblados de la Fórmula 1) y ya que esta zona no esta ni tan mal le intento seguir en la distancia. Poco después, ¡por fin llego a la cima! 1h17'... y, según mi GPS, 4'2 kilómetros.

La cima está petada de gente, organizadores y corredores, y eso que, además de casi no verse nada con la niebla, hace un viento frío que te deja pelado. Me cogen el tiempo y me ofrecen algo de bebida y, tras beber algo de agua, toca bajar, con Andoni (1h02') que me estaba esperando (como siempre jaja).
Según bajas un par de metros deja de pegar el aire y se empieza a ver lo que ya nos imaginábamos mientras subíamos y oíamos los comentarios de otros corredores que bajaban: la bajada esta difícil de narices. Bueno, miento, bajar lo que se dice bajar no está difícil, lo difícil es no embalarse o coger un tobogán y conseguir bajar de una pieza. Va a ser una bajada muy larga, hay que ir con cuatro ojos para ver donde se pisa, agarrándose bien a piedras y hierbas para no embalarse hacia abajo, y culo a tierra al menor resbalón. La primera parte la hago con Andoni pero luego, entre dejar paso a corredores que suben y a otros que bajan a toda leche, nos separamos y yo me quedo detrás de otro corredor que parece que va con paso lento pero seguro. Ganas de llegar abajo tengo, pero de una pieza, así que sin prisa, disfrutando las vistas ahora que puedo jeje También me da tiempo a ver el gran número de cagadas de vaca que hay por ahí (como coño suben hasta ahí las vacas??), y a deducir que el barro no es solo barro... A este corredor lo dejo un rato antes de llegar al avituallamiento para tirar ya a mi ritmo, algo más rápido, hasta dicho avituallamiento, donde como algo de fruta y bebo un poco de agua. He tardado en bajar dos kilómetros prácticamente una hora.
Desde el avituallamiento los caminos ya son menos empinados y se puede ir algo más rápido, aunque hay tramos que dan miedito, porque por aquí si echas el culo a tierra no te encuentras la almohada de hierba que te encontrabas antes, sino bien de piedras, raices y barro. Por aquí doy caza a unos chavales y ya me quedo detrás de ellos hasta llegar al tramo de asfalto, que hago corriendo por mi cuenta.

Tan contentos, aquí no ha pasado nada
De nuevo en Arrazola el día ha clareado y se ha quedado de p**a madre para echar una carrerita... je je Andoni está esperando en la plaza con unas conocidas de la universidad. Aprovecho para lavarme un poco las manos en la fuente, que las tengo color marrón, y ale, nos vamos a comer algo que ya toca. El avituallamiento final lo han puesto en el frontón y está muy completo: tortilla, frutos secos, frutas, patatas, galletas, yogures, zumos, bebidas de todo tipo, etc. Yo ramplo con un par de pinchos de tortilla, unas patatas fritas, algo de fruta y bien de zumo de naranja.
Tras recuperar fuerzas vamos a por las mochilas que dejamos antes en la consigna y de ahí a la ducha. La organización ha preparado unas duchas en la parte de abajo del pueblo que consisten en dos containers, uno para chicos y otro para chicas, con las duchas dentro. El de chicas creo que es ducha-vestuario, el de los chicos, para meter más duchas, ha hecho que el vestuario se quede en la calle, así que ahí estamos todos despelotándonos al aire libre para poder ir a la ducha, menos mal que el día ha mejorado jeje Por cierto, como no podía ser de otra manera, la ducha con agua fría :_(

Tras la fresca ducha, ya pasadas las 6 de la tarde, nos acercamos a la plaza para ver la entrega de premios y de ahí para casa con el trabajo hecho.

El Anboto se despide con su mejor cara
Tras esta experiencia, ¿que puedo contar sobre esta carrera? Pues lo primero, pese a haberme cagado en ella durante gran parte de la subida y la bajada, he de decir que ha estado muy bien.

La organización está de sobresaliente, Aparcamiento al lado de la salida, recogida de dorsales, salida, avituallamiento final y duchas todo juntito y bien organizado (el que sea un pueblo pequeño solo son ventajas!). Los caminos  y senderos de ascensión muy bien señalizados (pedir que asfalten el camino hasta la cima del Anboto no sería justo jeje), estabas en todo momento rodeado de gente (público, organización y más corredores) y había puestos de socorro por la ladera por si llegaba a ocurrir algo. Avituallamiento intermedio, que para una carrera tan corta no tenía ni que ser necesario, y había la posibilidad de que la organización te llevase alguna prenda tuya a la cima para ponértela en la bajada. Muy muy bien organizada.

Es cuanto a la carrera en sí, pues muy exigente, igual demasiado para meterse de primeras así a la aventura como he hecho yo, y más aún con las condiciones climatológicas que han hecho, aunque eso no lo sabía cuando me apunte :-P El material que he llevado, pues los palos quizás no habrían venido mal, aunque en terrenos tan técnicos en los que es necesario echar la mano para hacer apoyos, prefiero no llevar. Y las zapatillas, pues mira que no he tenido hasta ahora ninguna queja de ellas y eso que las he usado ya durante dos años, y quizás ese sea el problema, que entre que los tacos estaban ya bastante desgastados y que no eran zapatillas para barro y que por tanto ya de por sí no tenían mucho taco, pues se traduce en resbalones a diestro y siniestro. De todas formas, los resbalones estaban asegurados, aunque quizás alguno ya me habría evitado, ¿quién sabe?

Y a la pregunta de si voy a volver, pues un sí rotundo, esto no puede quedar así jaja la mejora yo creo que la tengo asegurada... :-D

Resultados (sobre 3,8 km):
1º Aitor Osa Eizagirre: 0:39:53 (10:30/km)
2º Mikel Beunza Iraizoz: 0:43:30 (11:27/km)
3º Iñigo Lariz Azkue: 0:43:33 (11:28/km)
1ª Nahia Quincoces Altuna: 0:52:22 (13:47/km) *
2ª Ohiana Azkorbebeitia Urizar: 0:53:36 (14:06/km) *
3ª Nerea Amilibia Arruti: 0:54:44 (14:24/km) *
* en la prueba se diferenciaba entre veteranas y no, yo aquí pongo un mix, donde la 3ª es veterana

Resultados personales:
- Tiempo oficial: 1:17:13
- Ritmo: 20:19/km
- Diferencia primero: 37:20
- Posición general: 219/222 (2 retirados, 25 no presentados) *
- Posición masculino: 205/206
* pongo todo para maquillar un poco jaja

2 comentarios:

  1. Vaya tela, lo a gusto que estaba viendo una peli en casa a esas horas y tu buscando setas un dia tan lluvioso.....

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    1. Buscando setas no habría estado ni tan mal, según iba a cuatro patas no se me habría pasado ni una jaja
      Pero bueno, aunque parezca masoca, ya te digo que repetiría, la experiencia lo vale, aunque aún tengo agujetas.. en los hombros :-P

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